¿Sabes Cómo Gestionar la Frustración?

“Como no puedo gobernar los acontecimientos, me gobierno a mí mismo”

Michel de Montaigne

 

¿Cuántas veces nos proponemos conseguir algo y nuestras expectativas se ven frustradas?, ¿Qué podemos hacer para salir o, no llegar a sufrir las posibles consecuencias negativas que provoca la frustración?

A modo de ejemplo, os quiero comentar una situación en la que me he encontrado recientemente. Hace unos meses decidí realizar un curso para aprender a confeccionar páginas web y así poder realizar la mía propia, pero, a falta de un mes para la finalización del curso, me doy cuenta que de momento tengo que renunciar a él. Este hecho me ha generado un desagradable sentimiento de frustración ya que había puesto unas expectativas en el curso que no se han correspondido con la realidad. Situaciones como ésta las vivimos a menudo y a veces nos cuesta gestionarlas correctamente, desde aquí os quiero hacer llegar algunas recomendaciones que os pueden ayudar.

En primer lugar en la siguiente imagen os muestro un esquema que puede ser bastante representativo de cómo se genera una frustración:

¿Qué podemos hacer para manejar la frustración?

•  Reconocer nuestros límites: Es importante esforzarse por lograr un objetivo pero llega un punto en que también es necesario abandonar o, si se prefiere, replantearnos nuestras metas adoptando otra perspectiva o formulándonos otros objetivos, es decir un plan B.

•  Aprender de nuestros errores: Analizar que ha provocado la situación en la que nos encontramos y darnos cuenta de qué parte de responsabilidad tenemos en ella, aunque a veces también hay factores externos que uno no puede controlar, pero es bueno ver en que nos hemos podido equivocar ya que esto nos servirá para intentar evitar volver a repetir las acciones que nos llevaron a la situación actual.

•  Moderar nuestras expectativas: A veces las expectativas que nos creamos, tanto de nuestros objetivos como de las personas, son demasiado altas o poco realistas, y este hecho puede provocar sentimiento de frustración si no las vemos cumplidas, así que, sí, tener expectativas es bueno, siempre y cuando seamos realistas al crearlas.

 

 Aquí os he dejado algunas recomendaciones que creo útiles para gestionar la frustración, pero os animo a que si tenéis alguna otra sugerencia la compartáis con nosotros.

Que tengáis una buena semana!

Carolina Calvo Ayala